Fátima, la hija del Mensajero de Allah -la paz sea con él-

Fátima, la hija del Mensajero de Allah -la paz sea con él-

Fátima “Zahrá’ ” es la hija menor del Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), su madre es Jadiya bint Juwaylid. Recibió el sobrenombre de Um Al-hasan y Um Al-husayn. Su marido era Ali ibn Abi Tálib.

Fátima se crió en una casa donde recibió mucho cuidado. Su madre Jadiya gozaba de buenas cualidades y atributos; dijo el Mensajero de Allah (la paz sea con él): “Las mejores mujeres del Paraíso son Jadiya bint Juwaylid, Fátima bint Muhammad, Maryam bint ‘Imrán y Asiya bint Muzáhim”.

Se presentó Ali ibn Abi Talib con el Mensajero de Allah (la paz sea con él) para pedirle la mano de Fátima. Dijo Ali (Allah este complacido con él): “Quise pedirle al mensajero de Allah la paz sea con él la mano de su hija Fátima. Dije: por Allah no tengo nada. Pero recordé su parentesco y beneficio, así que la pedí de él. Me dijo el Profeta -la paz sea con él-: ¿tienes algo (para darlo como dote)? Respondí: “No ¡oh Mensajero de Allah!. Me preguntó el Mensajero -la paz sea con él-: ¿Dónde está tu coraza que te di tal día? Respondí: la tengo ¡oh mensajero de Allah!. Me dijo el Profeta: dásela (establécela como dote) y cásate con ella. Y dijo: “Oh Allah bendícelos y bendice a su descendencia”.

Allah -Alabado sea- honró a Fátima Zahrá con una gran bendición. Ya que incluyó en sus hijos la descendencia del Profeta (la paz sea con él). Llegó el afecto del Mensajero de Allah a su hija Fátima al grado que cuando él regresaba de un viaje empezaba con la mezquita, rezaba dos Rak’as, luego iba con Fátima y después con sus esposas.

Dijo: ‘Aisha -Allah este Complacido con ella-: “No he visto a nadie que se pareciera tanto al Mensajero de Allah -la paz sea con él- en palabras y conversación como Fátima. Cuando ella entraba con él, él se levantaba, la besaba y le daba la bienvenida. Lo mismo hacía ella con él.” Lo narró Muslim.

La señora Fátima -Allah este Complacido con ella-, pasó por muchos sucesos complicados y muy duros desde que era pequeña ya que atestiguó la muerte de su madre, luego de su hermana “Ruqayya” y la siguió su hermana “Zaynab”, después “Um Kulzum”. Soportó la vida de la pobreza, sufrió. Era el ejemplo de una chica paciente.

Vivió una vida sencilla y modesta, molía el grano y hacía el pan ella misma, aparte de servir a su marido. Pero cuando empezó el molino manual a dejar huellas en sus manos, le pidió al Profeta, (la paz sea con él) que le designara un servidor.

Ali relató que Fátima tenía callos en sus manos por moler el grano y al Profeta (la paz sea con él) le habían tocado unos esclavos (del botín de guerra). Entonces ella fue a verlo (con la idea de pedirle uno como sirviente) pero no lo encontró. No obstante se encontró con ‘Aisha y le contó de sus dificultades. Cuando llegó el Profeta (la paz sea con él), ‘Aisha lo informó sobre los motivos de la visita de Fátima y el Profeta -la paz sea con él- nos vino a ver. Nosotros ya nos habíamos acostado y nos íbamos a levantar (por respeto), pero el Profeta (la paz sea con él) dijo: “Quedaos en vuestros lugares”. El se sentó entre nosotros y yo sentí el frío de sus pies sobre mi pecho. Luego dijo: “¿Queréis que os enseñe algo mejor que lo que me habéis pedido? Cuando vayáis a vuestras camas decid: Allah es el Más Grande (Allâhu akbar): treinta y cuatro veces, Glorificado sea Allah (Subhâna-llâh): treinta y tres veces y las Alabanzas son para Allah (Al-hamdu lillâh): treinta y tres veces, esto será mejor para vosotros que un sirviente”. Lo narró Muslim.

Cuando hizo el Mensajero de Allah (la paz sea con él), la peregrinación de despedida, él se enfermó. Y cuando se enteró Fátima de esto, fue inmediatamente para tranquilizarse cuando él estaba en la casa de Aisha (Allah este Complacido con ella).

‘Aisha relató: “Nosotras, las esposas del Profeta la paz sea con él, estábamos con él (durante su última enfermedad); ninguna estaba ausente. Entonces llegó Fátima caminando de un modo que se parecía en algo al modo de caminar del Mensajero de Allah la paz sea con él. Cuando la vio la recibió diciendo: “Bienvenida hija mía” y la hizo sentar a su derecha o a su izquierda. Luego le dijo algo en secreto y ella lloró intensamente. Cuando vio su tristeza le dijo otra cosa en secreto y ella sonrió. Le dije: “¿El Mensajero de Allah la paz sea con él te ha distinguido entre las mujeres de su familia con un secreto, y te pones a llorar?” Cuando el Mensajero de Allah la paz sea con él se mejoró le pregunté: “¿Qué te dijo el Mensajero de Allah la paz sea con él?”, pero ella contestó: “No voy a contar los secretos del Mensajero de Allah la paz sea con él”.

Cuando falleció el Mensajero de Allah (la paz sea con él) le dije: “Te exhorto, por los derechos que tengo sobre ti, a que me cuentes lo que te dijo el Mensajero de Allah la paz sea con él. Ella contestó: “Ahora sí (puedo hacerlo). Cuando me habló en secreto por primera vez me informó que (el ángel) Gabriel solía confrontar con él el Corán (recitándoselo) una vez en el año, pero como esta vez ya lo había hecho dos veces entonces le parecía que su tiempo (de dejar este mundo) estaba cerca. Y (me recomendó) que temiese a Allah y tuviese paciencia, pues él sería un digno adelantado para mí (en arribar al más allá). Entonces me puse a llorar como viste. Cuando vio mi tristeza me contó un segundo secreto diciendo: “¡Oh Fátima! ¿No estás contenta de ser la señora (sayyida) de las creyentes o la señora de las mujeres de esta comunidad, y que serás la primera de mi familia que me alcanzará? ”. Y “entonces me sonreí del modo en que me viste”. Lo narró Muslim.

Se intensificó el dolor del Profeta la paz sea con él y aumentó la tristeza de Fátima. Y cuando se enterró al profeta (la paz sea con él), dijo Fátima: ¡oh Anas! ¿Cómo pueden echar la tierra sobre el mensajero de Allah? Lloró Fátima por su padre, y lloraron todos los musulmanes por su Profeta y Mensajero Muhammad (la paz sea con él).

Y recordaron el dicho de Allah: “Pero Muhammad es sólo un mensajero antes del cual ya hubo otros mensajeros”. (La Familia de Imran: 144).

Pasando solamente seis meses, se enfermó Fátima y falleció la noche del martes, tres de Ramadán del 11 de la Hégira.

De las situaciones que mostraban sus virtudes, lo que narró Al-bujari y Muslim que “Ibn Mas’ud relató:

“Cierto día, mientras el Mensajero de Allah (la paz sea con él) estaba rezando cerca de la Casa (La Ka’ba), Abu Yahl y sus compañeros estaban sentados cerca. Entonces, refiriéndose a una camella que había sido sacrificada el día anterior, Abu Yahl dijo: ¿Quién se va a levantar a traer la placenta del feto de la camella de los banu fulano y se la va a poner sobre los hombros de Muhammad cuando esté prosternando?. El más desgraciado de la gente se levantó y la trajo. Y cuando el Profeta (la paz sea con él) estaba prosternado, se la puso entre los hombros. Ellos se rieron inclinándose unos sobre otros. Yo estaba de pie mirando y me hubiera gustado tener el poder de haberla sacado de la espalda del Mensajero de Allah (la paz sea con él). El Profeta (la paz sea con él) continuó prosternado sin levantar la cabeza. Hasta que un hombre fue y se lo contó a (su hija) Fátima. Entonces ella, que era una jovencita, fue y se la sacó. Luego se dirigió a ellos y los reprendió. Cuando el Profeta (la paz sea con él) terminó su oración, levantó su voz y rogó contra ellos…”.

Y de sus beneficios también lo que narraron Al-bujari y Muslim que “Miswar ibn Mahramah relató: “El Mensajero de Allah (la paz sea con él) dijo: “Ciertamente Fátima es una parte de mí, quien la perjudica me perjudica”.